Nacimiento
He vuelto al origen:
el camión de la basura
aparca delante de mi casa
y se lleva toda la mierda.
Despierto.
Estoy despierto,
porque si cierro los ojos
mi mente empieza a volar
hacia un lugar oscuro
donde ni siquiera tu luz
me salva.
AquÃ, en este lado del mundo,
el aire es tan negro
como la madrugada.
Respiro pensando
que tú estás ahà afuera
y que aún no te has rendido.
Y entonces, en lugar de arañas,
se me llena la boca
con tus flores favoritas
y, por un instante,
vuelvo a sentirte cerca.
He vuelto al origen
para rebuscar entre el pasado
y salvar aquello que vale la pena.
Pero nada.
Todo lo que fui lo escribà en su dÃa
y desde entonces nada.
¿Cuál es el valor de una palabra
si lo que haces
vale mucho más?
Recuerdo cuando me dijiste
que ya no escribÃa igual.
Y tenÃas razón,
porque antes solo conocÃa
la tristeza,
solo añoraba la lágrima
y toqueteaba la navaja
hasta que el filo se tintaba
de peligro.
Pero eso era entonces.
Y, tal vez, por haber salido a flote,
he dejado atrás el pozo
que me daba de beber,
pero también me restaba
años de vida.
Te ponÃa esa capacidad de autodestrucción
que habÃa en mis primeros poemas,
pero, créeme:
muerto no hubieras podido besarme.
Arriba vi la esperanza,
bien lo sabes;
tenÃa risa de mujer,
amor de familia,
abrazo de amigo.
Arriba vi la esperanza
y le tendà la misma mano
con la que me arranqué ciertos recuerdos
y me dije que no dolÃan tanto
como para llamarlos dolor.
Pero esta noche he vuelto al origen,
al lugar del caos,
y en lugar de escribir con tal de verte volar,
escribo la piel en los labios,
esta noche
el demonio me tienta mucho más que el ángel:
un verso blando lo escribe cualquiera,
pero uno de sangre
solamente sale de un corazón que,
de tanto morir,
ha aprendido a amar la vida.
Honestidad brutal
Trato de descubrir quién soy.
Cada dÃa peleo contra algo,
cada dÃa me levanto en guerra
y el campo de batalla está